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Al futbolista Jonathan Santana Dios le ha regalado una vida nueva

Jonathan Santana: Dios me ha regalado una vida nueva

Jonathan Santana Gehre, futbolista argentino pero naturalizado paraguayo, se desempeña como mediocampista en su actual equipo Independiente de la Primera División de Argentina. Como muchos otros deportistas y atletas, Santana también ha visto en su vida la mano de Dios.

 

Este joven argentino nació en Buenos Aires, el 19 de octubre de 1981, pero proviene de familia paraguaya, pues su madre, tías y abuela, nacieron en San Ignacio, Departamento de Misiones, Paraguay.


Santana se inició en un club de su ciudad natal Buenos Aires (Argentina) para luego incorporarse a las divisiones inferiores de San Telmo, también en Buenos Aires. Con el club de la Isla Maciel debutó en la tercera división en 1998. Luego pasó por varios equipos de la Primera División de Argentina: Almagro, San Lorenzo (en tres etapas) y Nueva Chicago.
Estaba disfrutando del momento y avances en su carrera, cuando fue víctima de la maldad de este mundo al recibir dos impactos de bala de manos de desconocidos en el año 2002 mientras aun jugaba con Nueva Chicago.


La vida de Jonathan se vio amenazada y con ello toda su carrera futbolística debido a la gravedad de su condición, pues uno de los impactos lo recibió en su hombro y el otro en el cuello a 2 milímetros de la arteria carótida. Gracias a su fe en Cristo, que ya se venía afianzando, Santana y su familia lograron pasar esta copa y Dios hizo su voluntad con él.
La recuperación de Santana fue sorprendente para muchas personas, pero para él y su familia la explicación para seguir vivo y recuperarse rápidamente es su fe en Jesús como único Salvador.


«Gracias a Dios estoy vivo. Él me ha regalado una vida nueva, me ha dado una nueva posibilidad de jugar», asegura Jonathan Santana después de haber vivido esta experiencia.


Su carrera siguió en pie, jugó con el equipo San Lorenzo entre 2003 y 2005, luego con el River durante un año, hasta que fue enviado a Alemania a jugar con Wolfsburgo de 2006 al año 2010.


Santana, jamás olvidó a Dios ni las puertas que le estaba abriendo para mejorar en su carrera. «Creo que Dios ha puesto a cada uno en un lugar para marcar la diferencia. Marcar la diferencia el difícil en un ambiente donde lo normal no es hacer las cosas de Dios, se vive más que todo en la carne», comenta Santana.


De Alemania pasó a Turquía por un año y jugó en Kayserispor, para luego regresar a Suramérica y jugar con el equipo paraguayo Libertad. En julio de 2012, tras recibir ofertas de varios clubes, firma con el Club Atlético Independiente de Avellaneda, donde se mantiene hasta la actualidad.


Santana asegura que «Dios nos dio talentos, una capacidad de hacer algo en esta vida y debemos aprovecharlo, no podemos quedarnos sentados esperando la venida de Cristo».


Entre otros temas

El futbolista también reconoce y está consciente de los problemas de la sociedad actual: «La droga ha tomado posesión de la juventud y contra eso debemos luchar», asegura. «Los valores espirituales que se han perdido también debemos recuperarlos», recalcó.


Jonathan no se avergüenza de su creencia y hace unos años, junto a Radamel Falcao, lideró un grupo que algunos bautizaron como ‘La banda de Dios’ y en el que varios jugadores se reunían en una iglesia para orar, leer la Biblia y contar sus experiencias y vivencias.


«Creo que Dios está con nosotros día a día, es fiel, es alguien en quien uno puede confiar», asegura Santana quien se mantiene firme en los caminos del Señor. «Dios nos lleva a vivir una vida más espiritual, es difícil, pero todo se puede en las manos de Dios», continúa.


¿Argentino o paraguayo?


Su nombre ya se venía pronunciando en esferas de la Asociación Paraguaya de Fútbol desde antes del Mundial de Alemania 2006. Lo llamaron una vez, pero nunca más se volvieron a comunicar con él, sino hasta semanas antes de la Copa América 2007, cuando lo convocaron. Fue así como vistió por primera vez la camiseta albirroja, de la que se siente orgulloso de defender.


«Sobre mi nacionalización se venía hablando desde mucho antes de la Copa América, incluso ya había interés en mi nombre antes del Mundial del 2006 en Alemania. En Paraguay me ofrecieron la oportunidad de jugar con la selección y yo acepté muy contento, anotando mi primer gol en el segundo partido jugando como titular. La familia de mi madre, así como ella, es paraguaya y, a pesar de que yo nací en Argentina, todas mis costumbres eran las de ese país. Mi mamá, mi abuela y mis tías me criaron con las costumbres y la comida del Paraguay, hablando guaraní, que yo lamentablemente nunca aprendí a profundidad. Lo obvio es que yo en Argentina también me sentía paraguayo», explica.
Después de 11 años del incidente que casi termina con la vida de este jugador, Santana recuerda cada detalle de lo sucedido, pero lo más importante es que se mantiene firme y conoce que Dios fue quien lo salvó no sólo ese día, sino unos años antes al recibir a Cristo en su corazón. «No tenemos nada en nuestras manos, sino que estamos en las manos de Dios», asegura.


«Yo soy cristiano, pero lo mío es una forma de vida y sé que Dios tuvo que ver en que yo me salvara aquel día. Después de ese capítulo de mi vida conocí mucho más a Dios. Me di cuenta de que no consiste sólo en leer la Biblia, sino en tenerlo como un amigo», concluye.

Fuente: Verdad y Vida

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