Ámsterdam ha sido el escenario que seleccionaron los bautistas del mundo para celebrar el aniversario número 400 de la fundación de su movimiento.
Fue en 1609 que John Smyth y Thomas Helwys huyeron a Ámsterdam de la persecución que se gestaba en Inglaterra para poder adorar a Dios libremente por la objeción de sus consciencias. Lo que comenzó con un grupo de personas que se reunían en la parte trasera de una panadería ha crecido a lo largo de los siglos para convertirse en un movimiento mundial que afilia a más de 110 millones de miembros.
En este congreso se los bautistas dieron un repaso magistral a su historia y además tocaron temas considerados claves para el futuro del movimiento en las áreas de misiones, comunidad, libertad, comunidad y discipulado.
Según David Coffey, presidente de la Alianza Bautista Mundial Smyth y Helwysh son una “inspiración poderosa” para los bautistas en la Europa actual donde la libertad religiosa vuelve a estar en peligro.
“La libertad de la iglesia para seguir al Señor está amenazada y hemos de mirar nuestra fundación y como nuestras madres y padres fundadores pueden llegar a ser de inspiración hoy”, enfatizó Coffey.