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La adoración como evento – Definiendo la adoración

La adoración como evento
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Estamos revisando los puntos bíblicos que definen la adoración. Hasta ahora hemos visto la adoración como exaltación, como expresión y como encuentro.

Otra de las formas como las Escrituras definen la adoración es el ser vista como un evento. Si bien es cierto que la Palabra de Dios claramente ve la adoración como una forma de presentarse delante de Dios, también ordena al lector a reunirse en determinadas situaciones para proclamar Su Gloria y exaltar Su Nombre.

En el Jardín del Edén, Adán y Eva experimentaron una comunión ininterrumpida con su Creador. La vida era una secuencia continua de “eventos culto.” Después de la caída, sin embargo, nuestra relación con Dios se interrumpió. No podemos acercarnos a Él por nuestro pecado. Por lo tanto, Dios estableció el sacrificio como un medio por el cual se establecía la forma de adoración. Los sacrificios espontáneos de Caín, Abel, y los patriarcas condujeron a un modelo de adoración más desarrollado en el Tabernáculo, y más tarde en el Templo. Aunque Dios dejó claro que esperaba una diaria devoción a Su Nombre y Santidad, acotó eventos anuales, mensuales, incluso diarios como recordatorios de que Él era Creador y Redentor de Israel.

En el Nuevo Testamento, se puso menos énfasis en la adoración como evento. Gran parte de la terminología utilizada el culto descrito en el Antiguo Testamento (sacrificio, templo, altar, sacerdotes, etc.) y se enfatiza en la adoración que forma parte de la vida cotidiana del cristiano. En Romanos 12 expone que debemos ofrecer nuestros cuerpos como sacrificio vivo. Esta es una actividad permanente, no algo que se haga una vez a la semana (ver también Hebreos 13:15-16). Sin embargo, Hebreos 10:25 nos dice esto no debemos desestimar las reuniones, sino que nos invita a animarnos unos a otros, “y con mayor razón ahora que vemos que aquel día se acerca” (Hebreos 10:25). Este pasaje, junto con el libro de Apocalipsis, nos recuerda que nuestras reuniones de culto en la tierra son un anticipo de la Asamblea Celestial en la que vamos a adorar a Dios para siempre.

Los primeros cristianos se reunían el primer día de la semana fundamentalmente para orar, escuchar la Palabra de Dios, compartir la Cena del Señor y tener comunión los unos con los otros. Si seguían el patrón de la sinagoga de la época seguramente también cantaban cantos de adoración. A pesar de los cambios en el significado de lo que significa adoración, ésta seguía siendo un evento para el pueblo de Dios.

Sin embargo, para los primeros cristianos, adorar era algo más que música. En efecto, el canto en las reuniones de la iglesia primitiva probablemente durase menos tiempo de lo que estamos acostumbrados hoy en día en nuestros servicios. Si vemos la adoración como un evento, es importante que entendamos lo que realmente está ocurriendo. Ya no estamos buscando la manera de entrar en el Lugar Santísimo a través de nuestras canciones y de nuestras sinceras intenciones. Jesús ya aseguró nuestra entrada (Hebreos 10:19-22). En su lugar, nos reunimos para recordar lo que ya ha sido realizado, y para responder a ello con adoración.

David Peterson lo expresa de esta manera: “En nuestras reuniones cristianas deberíamos preocuparnos por proclamar y aplicar las verdades del Evangelio para mantener la atención en la Gracia de Dios o para estimular y mantener la fe que salva, de manera que podamos cosechar expresiones apropiadas de esa fe en la asamblea y en la vida cotidiana. La oración y la alabanza son claramente adoración cuando son respuestas a la fe del Evangelio”. (Worship: Adoration and Action, ed. by D.A. Carson, pg. 83)

En otras palabras, nuestras canciones de alabanza son “adoración” en la medida que nos centran en Evangelio y nos fortalecen en nuestro caminar de fe. Cuando vemos la adoración de esta manera, somos fortalecidos, Dios es glorificado, y la iglesia de Jesucristo se edifica.

En nuestra próxima entrega veremos la adoración en nuestra vida cotidiana.


Otros artículos de la serie «Definiendo la adoración»

1: Definiendo la adoración ¿De qué se trata?
2: La adoración como expresión
3: La adoración como un encuentro
4: Definiendo la adoración
4: La adoración en la vida cotidiana
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