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El hombre que produce cerveza en su estómago

cerveza2013-10Dopamina, adrenalina, hormonas, neurotransmisores… el cuerpo humano produce miles de sustancias químicas para poder funcionar. Mientras estamos dormidos, mientras comemos, cuando estamos enamorados. Nuestro organismo es un cóctel de reacciones que nos despiertan, nos activan, nos defienden. Pero lo que le ocurre a un hombre en el estado norteamericano de Texas es algo que se sale de lo normal.

 

El paciente de 61 años, cuyo nombre no se ha hecho público, ingresó en urgencias del Hospital Panola College de Carthage en Texas. Sus síntomas eran los propios de alguien en estado de embriaguez y las pruebas que se le realizaron arrojaban una tasa de alcohol en sangre cinco veces superior al límite legal para conductores.

 

Sin embargo, el paciente juraba y perjuraba que él no había bebido y que además no era la primera vez que le ocurría algo así. Su propia esposa aseguraba que su marido se emborrachaba de la nada y en las situaciones más cotidianas… un domingo por la mañana tras salir de misa, una tarde después de comer viendo la televisión.

En un principio y como es natural los médicos desconfiaron de su testimonio y pensaron que era simplemente un alcohólico que no quería reconocer su adicción. Aun así, la curiosidad hizo que Justin McCarthy, un gastroenterólogo del Hospital, se fijase en su extraño caso y quisiera hacerle algunas pruebas para comprobar la veracidad de los hechos.

El paciente fue aislado en una habitación durante 24 horas sin acceso de ningún tipo a bebidas alcohólicas y con una dieta basada en carbohidratos como pasta o arroz. Al día siguiente las pruebas de alcoholemia fueron sorprendentes y confirmaron que el sujeto, a pesar de no haber ingerido ni una sola gota de alcohol, presentaba un nivel de 0,12% de alcohol en sangre.
Este fenómeno es insólito y apenas tenemos casos registrados para hacer un buen diagnóstico y tratamiento. Se denomina “Síndrome del emborrachamiento automático” y hace que los intestinos fermenten los alimentos (sobre todo carbohidratos) produciendo azúcares que posteriormente son absorbidos por el organismo creando el efecto de una enorme borrachera.

La clave está en la fermentación, dentro del propio cuerpo del paciente, de levaduras similares a las que se utilizan para realizar cerveza (Saccharomyces cerevisiae) que entran en contacto con los azúcares creando su particular versión de etanol y haciendo del estómago del sujeto una curiosa fábrica de cerveza.

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