En los últimos tres meses los norteamericanos han ajustado sus finanzas y esto se nota en la reducción en los diezmos, las ofrendas y donaciones a la Iglesia y a organizaciones cristianas. Esto es evidente puesto que una de cada cinco familias (20%) han hecho este tipo de ajustes.
Los recortes en las ofrendas se evidencian más en los hogares de las clases bajas y medias (30%) y en las familias que tienen una abultada deuda económica (43%). No sorprende que un 31% de las personas jubiladas (que representan el 29% de la feligresía) y que de media han perdido un 20% de sus pensiones diezmen menos. Además hay que notar que un 29% de las personas que han perdido el 20% o más del valor de su cartera de valores y estas personas también han hecho sus ajustes a la baja en las ofrendas.
El estudio realizado por Barna también indica que muchas iglesias se han dedicado a ayudar a sus files para que asuman sus responsabilidades en relación a los retos que se derivan de la crisis actual. Un 35% de los cristianos que en sus iglesias han habido algún tipo de charla especial dedicada a la situación económicas y como enfrentarla. Esta presentación es más notable entre protestantes que entre católicos.
Al similar ocurre en relación a las oportunidades de ayuda o consejos financieros. Esta situación es más frecuente entre fieles que asisten a iglesias protestantes (39%) que entre fieles católicos (28%). En relación al apoyo en la oración por este asunto el 78% de los protestantes afirman sentirse respaldados por su congregación y el 64% de los católicos entrevistados también.