En esta oportunidad quisiera responder una pregunta que he recibido y que muchos de nosotros habremos escuchado ¿Debemos enfocarnos y celebrar la Navidad? La persona que me escribió utilizó a C.H. Spurgeon (uno de mis favoritos predicadores) en su sermón del 24 de diciembre de 1871. Spurgeon dijo
“No somos supersticiosos en relación a las temporadas y los tiempos. Ciertamente no creemos el acuerdo eclesiástico llamado Navidad. En primer lugar porque no creemos en la misa en absoluto, es más la aborrecemos, ya sea cantada en latín o en Inglés; en segundo lugar, porque no encontramos garantías en las Escrituras para observar un día en específico como el cumpleaños del Salvador y por consecuencia su celebración es una superstición y no un mandato divino”.
Soy un admirador de Charles Spurgeon, y dudo en no estar de acuerdo con un hombre al que considero un héroe espiritual. Sin embargo, hay algunas razones por las que creo que Dios nos permite que nos enfoquemos y celebremos la Navidad, aunque no podemos obligar a que todas las personas lo hagan.
En primer lugar, la celebración de un día para honrar al Señor es un algo que se debe basar en la conciencia individual. Esto está muy bien explicado en Romanos 14: 1-6:
“Reciban al que es débil en la fe, pero no para entrar en discusiones. A algunos su fe les permite comer de todo, pero hay quienes son débiles en la fe, y sólo comen verduras. El que come de todo no debe menospreciar al que no come ciertas cosas, y el que no come de todo no debe condenar al que lo hace, pues Dios lo ha aceptado. ¿Quién eres tú para juzgar al siervo de otro? Que se mantenga en pie, o que caiga, es asunto de su propio señor. Y se mantendrá en pie, porque el Señor tiene poder para sostenerlo. Hay quien considera que un día tiene más importancia que otro, pero hay quien considera iguales todos los días. Cada uno debe estar firme en sus propias opiniones. El que le da importancia especial a cierto día, lo hace para el Señor…”.
En segundo lugar enfocarse en la Encarnación una vez al año no significa que no podamos hacerlo en otras temporadas.
Y por último y en tercer lugar, es muy significativo que una gran cantidad de personas están abiertas para hablar y escuchar de Jesucristo en esta época del año, simplemente porque es Navidad. Es posible que nos escuchen cantando de una manera muy particular y gozosa esos cantos navideños dedicados al Salvador manera tal que trasciende la alegría terrenal. Dios puede actuar para que abran sus corazones al arrepentimiento y para que puedan recibir el mejor regalo de todos – la vida eterna.
Por lo tanto creo que debemos cantar cantos navideños que proclaman quién es Jesús fue y por qué vino a nuestro mundo – a vivir una vida de perfecta obediencia, y para acercarnos a Su Padre para que podamos vivir en Él.
Si esto es así ¿por qué entonces no debemos celebrar?
Feliz Navidad
Bob
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