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La espada que más corta

La espada que más corta


Hebreos 4:12

El muy conocido inventor Benjamín Franklin fue enviado como embajador a Francia. Francia se hallaba paralizada por el veneno del ateísmo. El Señor Franklin fue invitado a unirse a una sociedad atea de hombres literatos para el exterminio de la Biblia. Él se unió.

Pronto le llegó su turno de leer una producción literaria ante la sociedad de ateos. El señor Franklin tradujo al francés y leyó, de su propia escritura a mano, la historia de amor de Rut  y Booz. Cuando el señor Franklin terminó, y todavía se le aplaudía, el presidente dijo: -Doctor Franklin, esa es la más grande  historia de amor jamás escrita en cualquier idioma.

De nuevo los miembros aplaudieron. El presidente agregó: -Doctor Franklin esta sociedad le pide a usted el derecho de publicar su historia de amor, y de darle la mayor circulación posible. ¿Podemos publicar su historia de amor? El señor Franklin respondió: -Lo siento, no les puedo dar el derecho de publicar mi historia de amor. El presidente le preguntó: -¿Por qué no podemos publicar su historia de amor? –Porque ya ha sido publicada. –Entonces,  ¿podemos saber donde fue publicada?

El señor Franklin se levantó, sacó de su bolsa un libro, lo puso en la mesa, y dijo: -En esta Santa Biblia que ustedes quieren destruir. Esa declaración fue un golpe maestro que rompió la columna vertebral de la sociedad de ateos, y le dio a Francia otra oportunidad en el mundo. La Biblia es indestructible. (501 Ilustraciones Nuevas, CBP. Pag. 18).

La Biblia siempre es poderosa para derribar todas estas fortalezas, y el Espíritu Santo, que es la fuente de su inspiración, hace posible que ella sea la “espada más cortante” para penetrar en la mente de los más escépticos. Decir que la Biblia es “la espada del Espíritu” (Efesios. 6:7), es asegurarnos que ella es invencible y eficaz. No hay otra “espada” que corte  mejor que ella. Con esto en mente nos proponemos estudiar otro de los grandes textos de la Biblia con estas verdades sobresalientes.

 La espada que más corta nos revela sus inagotables cualidades

Por tener vida en sí misma.

La Biblia no es letra muerta ni tampoco ha pasado de moda. A través de la historia hemos sabido que sus más grandes enemigos la han tratado de enterrarla, de quemarla, de ridiculizarla y de destruirla; pero ella permanece incólume.

Como  palabra viva siempre estará vigente. Muchos libros vienen y van, pero la Biblia mientras más avanza el tiempo más viva se hace. Ya el profeta había dicho que todo se marchita, y se seca, pero la palabra de Dios permanece viva para siempre ( ). ¿Por qué la Biblia es una palabra viva?

Observe la creación del Génesis 1. Se nos informa que al principio todo era un caos; así estaba la tierra. Pero de inmediato comenzamos a ver la frase “y dijo Dios” y a partir de ese momento comenzó la vida. ¿Qué sucedió entonces? Pues que como resultado de esa palabra dicha, hubo vida en el agua, vida en el aire, vida en la tierra. Si bien es cierto que éramos tierra desordenada y vacía, la palabra obró el milagro de dar vida a lo que estaba muerto.

Este es lo que sucede en cada corazón. Cuando esa palabra nos habla y toca, comienza la vida en nosotros. Antes de conocer a Cristo vivíamos muertos en delitos y pecados. La palabra viva nos dio vida.

Por la eficacia de su obra

En el campo de la medicina no siempre lo que se aplica llega a ser eficaz a una enfermedad. De hecho, hay tratamientos donde el “remedio es peor que la enfermedad”, como dice el aforismo criollo. El hombre se debate entre la perfección y la imperfección de sus inventos. Muchas de las cosas que disfrutamos hoy pasaron por el proceso de la eficacia.

Se nos dice que el inventor de los bombillos eléctricos, tuvo que hacer más de mil experimentos hasta que logró lo que tenemos hoy. Para que fuera eficaz pasó por un largo proceso. Hay sólo una cosa que ha sido eficaz desde el principio: la palabra de Dios. ¿Podría la palabra de Dios hacer algo que requería de pruebas y pruebas y más pruebas? ¡No! Ella es eficaz en una sola aplicación.

Ella es capaz de sanar, restaurar y transformar a una persona al momento cuando sale de la boca de Dios. Así lo entendió el centurión cuando vino a Jesús suplicándole para que su siervo se sanara. Jesús quiso ir a su casa y tocar al enfermo, pero el centurión le detuvo, y le dijo: “Solamente di la palabra, y mi criado sanará” (Mt.8:8). Esto se llama creer en la eficacia de la palabra de Dios. Si un soldado romano creyó en su eficacia, creamos también.   

Porque es cortante.

La espada al cual se refiere el apóstol corta por los dos lados. Ella simplemente es filosa y corta para vida y para muerte. Ella corta la conciencia cuando está adormecida o culpable por el pecado.

Esto quiere decir que toda la Biblia tiene esta cualidad y donde quiere que se ponga y se use, corta. Semejante cualidad nos hace ver cuanta responsabilidad hay en manejarla. Al obrero que “no tiene nada de que avergonzarse”, se dice que “traza bien la palabra de verdad”.

Cuando la Biblia como la espada que más corta es expuesta, ella hace cortes tan precisos y exactos que expone al pecado en su real condición. El hombre podrá ridiculizar la palabra, mofarse de ella, quemarla, tratar de destruirla, pero al final ella no dejará de cumplir su misión: cortar todo lo que está mal en el hombre. 

No hay un matador más grande del pecado que la palabra de Dios. Nuestro mayor interés debiera ser el de conocer más y más de ella, de su filo, para que mate en nosotros esa vida de pecado que muchas veces está viciado en nosotros. Que nos expongamos a ella cual cuchillo que se levanta para el sacrificio, y ella haga todos los cortes hasta que revele una vida santa en todos nosotros.

La espada que más corta penetra hasta la parte más profunda de la vida

¿Hasta dónde penetra?

En todo este texto hay algo sumamente interesante cuando vemos las dimensiones y la profundidad de la penetración de la palabra divina. Por ejemplo, ¿por qué mencionar las coyunturas y los tuétanos al mismo tiempo? Y, ¿cuál es la diferencia entre espíritu y alma? ¿Cuál es, precisamente, la diferencia entre pensamientos e intenciones? Y, ¿responden las palabras “viva y eficaz” a algunas de estas otras parejas: espíritu-alma, coyunturas-tuétanos, pensamientos-intenciones?

Otra pregunta que está latente es esta. ¿Es el “corazón” (mencionado al final del versículo) diferente al alma y al espíritu? Bueno, lo interesante de todo esto es mostrarnos el poder que tiene la palabra de Dios para profundizar en todas las áreas de nuestra vida, de tal manera que no se escape nada a su intervención.

Si lo viéramos desde el punto de vista de un cirujano, bien podíamos decir que la palabra de Dios es como el “bisturí” en manos del Cirujano Eterno. No hay otro texto que nos exponga una cirugía del ser humano como lo hace la palabra. Pero para que esa palabra penetre debo abrirla y comerla. Y si bien es cierto que al comerla me puede ser amarga como al profeta ( ), ella habrá penetrado lo más profundo en mi.

Penetra hasta partir el “alma y el espíritu”. 

Si el alma y el espíritu son dos componentes distintos en el ser humano, como se suele hablar en la “trilogía” del hombre, el impacto que hace la palabra de Dios debiera ser muy grande.

Bien sabemos todos que el alma y el espíritu son componentes inmateriales, por lo tanto la función de partir a ambos es algo que se circunscribe a un acto completamente divino. Y esto no podía ser de otra manera, pues el hombre fue creado a “imagen y semejanza de Dios”, y solo el poder de su palabra logrará llegar hasta esa profundidad espiritual. 

En esto vemos una función que es única de la palabra de Dios. Los hombres han inventado métodos para tranquilizar el alma y darle reposo a su espíritu. Pero sólo la palabra de Dios tiene el poder para revelar cuál es su dolor, malestar o congoja.  David después que hubo pecado contra su Dios sentía que alma y espíritu estaban partidos después que fue visitado por el  profeta Natan y le dijo: “Tu eres ese hombre”.

A este respecto después dijo que al corazón contrito y humillado Dios no desprecia. Cuando la Biblia quebranta el orgullo del hombre esta partiendo su alma y espíritu. Dejemos que el bisturí divino llegue a esta parte de la vida.  

Las coyunturas y los tuétanos

La verdad de esta parte es mostrarnos hasta donde llega  el poder de la  palabra cuando entra en el ser humano. Penetra entre las coyunturas y los tuétanos, y el tuétano es algo que no se puede alcanzar con facilidad.

La Palabra de Dios penetra hasta la médula de nuestra humanidad; pone al desnudo los pensamientos secretos del alma. No queda nada que ella no invada y hasta donde ella no llegue. Muchas enfermedades del  cuerpo se originan en los huesos. Hay gente que presenta una apariencia de buena salud pero a lo mejor sus en sus huesos se oculta un terrible cáncer.

La Biblia, como si tratara del mejor cuchillo de un carnicero, corta esas partes más profundas con el fin de poner al  descubierto y revelar el mal que pueda haber allí. Hoy casi se puede hacer todo en el asunto de la reconstrucción de la piel.

La ciencia ha logrado corregir muchas deformaciones del rostro o del cuerpo. Las cirugías estéticas se han puesto en la vanguardia del llamado mundo de los “rostros plásticos”.   Pero observe que la Biblia no hace cirugías estéticas. Ella hace una operación de “corazón abierto”. Las “coyunturas y los tuétanos” son desmembrados cuando la palabra penetra hasta ese lugar.

La espada que más corta discierne lo que hay en el corazón

Los pensamientos del corazón.

¿Cuáles son los pensamientos del corazón? Por cierto que son muy distintos a los pensamientos de la mente. Por lo general estos son más lógicos, mas mensurados, más razonables. ¿Qué dijo Jesús respecto a los pensamientos del corazón? De allí salen los malos pensamientos, malas palabras, crímenes, adulterios, etc.

Cuando la Biblia confronta el corazón, lo pone al descubierto; discierne lo que hay allí. “Discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.” ¿Cómo se entiende esta acción de la palabra? Bueno, a menudo cuando ella es expuesta. Pregúntese por qué es que esta palabra cuando es trazada según la voluntad del que la envió,  quita el velo de todo aquello que usted  había ocultado en su corazón. No le sorprenda que esa palabra diga exactamente las mismas cosas que usted había pensado o actuado en algún momento de su vida.

Una de las marcas de la palabra del Señor es  desnudar los más íntimos secretos del hombre. Es poner a la vista lo que ni la misma persona había percibido. Jesucristo está en la Palabra y lo ve todo. El siguiente versículo lo dice: “Todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.”

Las intenciones del corazón

¿Cuáles son las intenciones del corazón? El profeta Jeremías (17:9) nos dice como es el corazón y cuáles son sus intenciones. El profeta de antaño ha dicho que el corazón es engañoso más que todas las cosas y perverso.

Estas son expresiones muy duras pero son las más ciertas que aparezcan en las Escrituras. Nadie sabe lo que se esconde detrás de una mirada o detrás de una conversación. La intención del corazón pudiera ser otra muy distinta a la de la mirada y a la de las palabras.

De esta manera tenemos que la Palabra no sólo nos ve interiormente, revelando  cuáles son los pensamientos, sino que también critica lo que pudiéramos estar  pensando. Ella analizará cada pensamiento y al final nos dirá si ese  pensamiento es vano o es aceptable.

Nos dirá si ese pensamiento es egoísta, o si ese pensamiento, es como el de Cristo. Ella al final es el juez de de todos nuestros pensamientos.

La espada que más corta

¿Cuál es el real propósito que la Biblia sea como una “espada más cortante”? El versículo 13 lo explica todo. La palabra de Dios como espada hace una “cirugía” en el alma y el espíritu, que ningún otro médico puede hacer.

Esto explica por qué la Palabra ha quitado amarguras, deseos de venganza, envidias, celos, malos pensamientos, y hasta saneado culturas y costumbres; como en el caso de aquel jefe de tribu de las islas Nuevas Hébridas, quien antes de su conversión a Dios había sido un caníbal.

La historia nos dice que fue hallado por un comerciante francés leyendo la Biblia. Este le preguntó; -¿Qué libro está usted leyendo? – La Biblia -¿Sabe usted que este libro está completamente desacreditado? No crea usted en la Biblia, nadie que se aprecie algo cree en ella ahora, -¿Así que usted no cree en ella? Preguntó el caníbal -Cierto que no. -Pues, señor, permítame que le diga, que si no fuera por la Biblia y por lo que ella hizo en mí, ahora mismo usted estaría en o en mi horno para ser asado y comido-.

La Biblia tiene un poder transformador cuando llega y penetra hasta abrir y exponer al corazón.

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