Icono del sitio entreCristianos

¿Quién dijo miedo?

¿quién dijo miedo?
¿quién dijo miedo?

Empezamos un nuevo año  ¿Quién dijo miedo? 2020 fue un año de muchos problemas pero es momento para recordar las promesas con las que el Señor nos guardó en el año que hemos terminando y que nos guardará en este que está comenzando.


Hebreos 13:5, 6

 La siguiente frase sería el equivalente a “!no temas!”. Es como decir “no tengo ningún miedo”, aplicable, por ejemplo, al enfrentar un gran desafío. “Frase con la que alguien se infunde a sí mismo ánimo para afrontar una acción arriesgada”.

Si tuviéramos que ponerle un nombre al año 2020 sería “el año del terror”. El Covid 19 apareció y se encargó de quitarle al año, que se avizoraba como el mejor de la época, todos los cálculos de ganancias, progreso y abundancia con el que se presagiaba que este sería un año sin precedente en la historia. Pero la verdad fue otra. Las economías de los países se derrumbaron y siguen cayendo porque los rebrotes de este virus, y ahora con mayor probabilidad de contagios, hacen que los países ya afectados sigan tomando muy severas medidas para enfrentar esta crisis.

Y si bien es cierto que ya las vacunas están haciendo su trabajo, el surgimiento de las llamadas nuevas “cepas” del virus ya existente, disparan las alarmas de temor y la angustia sigue gobernando. Así, pues, el miedo y ansiedad fueron los huéspedes de muchos hogares en el 2020, y al parecer como ese “residente” encontró muchos hogares donde habitar, quiere seguir viviendo en ellos.

Es aquí donde necesitamos detener otro virus, compañero inseparable del Covid 19, llamado miedo. Sí, necesitamos vacunarnos contra él para sacarlo de nuestras vidas. Necesitamos tomar la palabra que nos presenta su aniquilación. Es una palabra para los que vivieron hace más de 2000 años bajo reales temores y lo es para nosotros cuando hoy somos presa otra vez de ellos. Necesitamos terminar este año dando gracias al Señor porque él nos ayudó a vencer, pero de igual manera, necesitamos esta palabra para comenzar bien el año que nacerá pronto. Una palabra de confianza.

¿Sabias que el mandamiento “no temas” aparece por los menos unos 366 días? Es como si este mandamiento se nos diera para cada día. Mis amados, todos necesitamos la paz de Dios en medio de las tensiones de nuestra vida diaria. El diablo tiene la misión de robarnos la paz, pero el llamado personal es: “No temeré lo que me pueda hacer el hombre”. Qué significa esta promesa.

 

Confianza en la provisión del día

Costumbres sin avaricia

Hebreos 13:5a. El autor de esta carta ha tratado en este capítulo los deberes cristianos con un gran énfasis en el amor compartido con los más desamparados. Se exhorta a amar al prójimo, entre los que se mencionan a los presos, darle hospitalidad a los viajeros, a un gran amor a Dios y en la misma exhortación se les pide que tengan cuidado de no amar al dinero.

No por el dinero en sí, sino el amor por él lo que hace mal. De allí que el texto comienza diciéndonos que nuestras costumbres sean “sin avaricia”. Si alguien sabe que hay cosas que valen más que el dinero es un hijo de Dios. No fue raro que el mismo Cristo nos recomendara que hagamos tesoros en el cielo donde las polillas no corrompen y donde los ladrones no entran y roban. Vivir sin avaricia es doblegar al egoísmo y no dejar que las cosas materiales ocupen siempre el centro de nuestras vidas.

Estamos comprobando que si bien es cierto que este virus hizo estragos en la economía, aquí estamos terminándolo felices, porque aunque no tenemos las cosas que otros tienen y que por su avaricia comprometieron hasta su salud, tenemos lo que más vale, eso es una conciencia tranquila, una paz en el corazón y una confianza en su provisión.

 

Contentos con lo que tenemos

Hebreos 13:5b. ¿Qué es lo opuesto a la avaricia? De acuerdo con este texto es el contentamiento. El pastor Adrián Rogers ha dicho que “el contentamiento no es obtener lo que quieres, sino querer lo que ya tienes”. ¿Ama usted las cosas que ya tiene? Por supuesto que al tratar este tema no estamos dando culto a la pobreza, ni pensar que ser pobre con todas las limitaciones del caso es el mejor estado para una persona, no eso no es la idea del contentamiento. Una cosa es la avaricia, pero otra muy distinta es la aspiración.

La búsqueda del “sueño americano” aparta a algunos de la virtud del contentamiento. Y en este sentido, el consejo que Pablo le dio a su discípulo Timoteo es el más importante en el tema del contentamiento y la confianza de la provisión según 1 Timoteo 6:6-8. Por esta manera de pensar fue que Pablo también dijo que él había aprendido a vivir cualquiera fuera su situación. Que en todo estaba preparado, fuera en la abundancia o en la escasez. ¿Sabes por qué tenemos miedo? Porque pensamos que nuestras necesidades o las de alguien a quien amamos no se van a satisfacer. Pero hasta ahora hemos visto la provisión segura de Dios.

Confianza en su segura compañía

 “Ni te abandonaré”

Lo fue ayer. La historia de la compañía de Dios para con sus hijos es simplemente notoria en toda la Biblia. Si bien es cierto que Adán se alejó de su comunión por su pecado, el hecho de cubrirlo y no matarlo por su desobediencia significó que no lo dejaría. Cuando Dios le dijo a Noé que construyera un arca para que se salvara él con su familia, significó que Dios no lo dejaría que pereciera. En el momento que Abraham salió de Ur de los caldeos para ir a la tierra que después sería la prometida, Dios le dijo que no lo dejaría. Cuando Moisés iba a reanudar su viaje y Dios le dijo que él no los acompañaba, Moisés le dijo: “Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de este lugar” (Ex. 33), al final Dios tuvo que decir: “Mi presencia irá contigo, y te daré descanso”.

Y cuando Josué iba a introducir a Israel a la tierra prometida, Dios se aseguró en decirle que así como había estado con Moisés, lo estaría también con él. Con esta compañía divina cómo no enfrentar lo que está adelante. Con esta certeza que el Señor tampoco nos dejará, a qué le podemos temer en el futuro. Que venga el nuevo año que no nos encontrará solos. ¡Quién dijo miedo!

“Ni te dejaré”

Lo es para los de hoy. La verdad es que no sabemos con qué cosas nos enfrentaremos este año que comenzará pronto. Pero hay una que cosa sí sabemos: Él nunca nos dejará. Si usted es un hijo de Dios debe tener la seguridad que él tampoco le dejará. ¿No es esto maravilloso? ¿Cuál será otra razón por la que podemos temer en el próximo año?

Bueno, bien pudiéramos tener miedo de enfrentar algo que no entendemos y a lo mejor lo vamos a tener que enfrentar solos. Pero quién podrá temer al mañana si contamos con la compañía del creador del universo. Así que cuando la palabra nos asegura que Dios nunca te dejará, significa literalmente que nunca te dejará. Él no se rendirá contigo. Necesitamos practicar la presencia del Señor este año que viene. Cuando el diablo venga y llame a la puerta de tu corazón, simplemente puedes decir: “Jesús, por favor ve a abrir la puerta”.

Con esta compañía no hay metas que no podamos lograr, sueños que no podamos realizar y proyectos que no podamos concluir. Y tan cierta es esta promesa que para los que vamos hacia el fiel cumplimiento de la Gran Comisión, Jesús nos ha dicho que estaría con nosotros hasta el fin del mundo. Entonces, ¡quién dijo miedo!

Confianza en su promesa

La confianza en quien lo dijo

Hebreos 13:5c. “Porque él dijo” es la frase distintiva del texto antes de lo que nos asegura. Observe que no lo está diciendo el pastor de la iglesia o el nuevo presidente del país. Si fuera el pastor, todo le faltará, pero si “Jehová es mi pastor”, entonces y solo entonces “nada me faltará”. Esta declaración fue dicha por Dios unas 33 veces en el Antiguo Testamento. Antes que se las dijera a Josué (Jos. 1:5), ya se las había dicho a Moisés (Dt. 31:6, 8). 

La compañía de un esposo es importante para la esposa y los hijos, pero no será la misma que la compañía del Señor. La compañía de la esposa y los hijos es maravillosa, pero no será lo mismo que la compañía del Señor. El pastor con su compañía reconfronta cuando estamos ante alguna prueba o alguna crisis, pero jamás podrá sustituir la presencia del Señor. Al principio “él dijo” e hizo todo lo que vemos. Al principio “él dijo” y se formó al hombre. Desde entonces, lo que él ha dicho es lo más seguro que tenemos.

No es lo mismo la palabra del hombre. Cuántas veces el hombre dice, pero no siempre sus palabras son verdad. Pero lo que el Señor ha dicho siempre será verdad. La palabra del Señor es nuestra más grande fuente de confianza. Entonces no hay por qué temer a lo que viene después.

La confianza en lo que dijo

Hebreos 13:5c. ¿Y qué fue lo que dijo? Pues que “nunca te desampararé ni te dejaré”. ¿Le desamparó el Señor este año que está terminando? ¿Lo desamparará el nuevo que va a comenzar? Observe detenidamente esta promesa. Primero la palabra “nunca” es un adverbio de negación. Eso simplemente significa que jamás va a ocurrir. Desconfíe usted del hombre o la mujer que dice “nunca” porque alguna vez hará lo contrario. Pero no dude absolutamente en confiar del que nos ha dicho nunca te desampararé y ha agregado “ni te dejaré”.

¿Puedo tener temor con una promesa de este tipo cuando estamos por comenzar un nuevo año? Véala bajo los tres “omni” de Dios. El año que viene, cuando diga: “Dios, simplemente no tengo fuerzas”. El Dios omnipotente responderá: “Nunca te dejaré ni te desampararé”. Cuando veas el futuro y digas: “Dios, tengo miedo de lo que va a pasar”. El Dios omnipresente dice: “Nunca te dejaré ni te desampararé”. Y cuando dices: “Dios, no sé qué hacer”. El Dios omnisciente responderá: “Nunca te dejaré ni te desampararé”. Cuando el temor se active otra vez por el rebrote de este virus, por la falta de un empleo o porque la salud sigue minando tu vida, el Señor nunca te dejará.

Confianza en su protección

Descansando en la confianza

Hebreos 13:6. La desconfianza no es una buena señal de que algo o alguien puede ser bueno. Por supuesto que hay personas más desconfiadas que otras. ¿Tiene un creyente que ser desconfiado? Bueno, el asunto es que todos nos hemos enfrentado a una situación donde tenemos que decir: “Esto no me da confianza”. Bien lo ha podido decir para referirse a una persona, sobre todo si esa persona no es transparente, leal o fiel. Pero también acerca de alguna decisión que ha tenido que tomar, donde de igual manera usted no tiene la confianza que eso que está por decidir no le da paz que sería una señal de confianza.

La desconfianza pudiera ser la necesidad de tener malicia frente a algo que no se ve bien. Quizás uno de los dones espirituales que más necesitamos es el de discernimiento, sobre todo en aquellos casos donde hay que tomar decisiones o debemos dar un consejo. Pero cuando se trata de Dios, su palabra, sus promesas, sus cuidados, entonces sí “podemos decir confiadamente”. Esto hay que desarrollarlo. Me temo que nuestra vida cristiana no ha sido bien desarrollada para confiar en las promesas de Dios que nos ha dejado su palabra. Frente a los temores que nos invaden, confiemos en esta promesa. ¿Cuál promesa?

El Señor es mi ayudador

Hebreos 13:6. Como dije antes, no sé por lo que pasará el próximo año. Pero sé que puedes decir con valentía: “El Señor es mi ayudador, así que no temeré lo que me pueda hacer el hombre”. Cuando sienta que mis fuerzas flaquean y caigo, el Señor es mi ayudador.  Si veo que soy atacado por el presente virus, el Señor es mi ayudador. Cuando vea que mis finanzas languidecen y me sienta desesperado para pagar mis deudas, el Señor es mi ayudador. Cuando sienta que el desánimo se apodere de mi, producto de mi ansiedad y preocupación, el Señor es mi ayudador.

Y cuando en este nuevo año que está a punto de comenzar siguen llegando malas noticias, muchas de ellas por las muertes que seguirá dejando esta pandemia, “podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré lo que me pueda hacer el hombre”. El salmo 34 fue escrito por un hombre sometido a muchos temores. Él llegó a decir que muchas son las aflicciones del justo, pero que de todas ellas le librará el Señor. Y cuando se sintió abrumado por tantas cargas, oró a su Dios ayudador, diciendo: “Busqué a Jehová, y él me oyó, y me libró de todos mis temores” v.4.

¿Quién dijo miedo?

Mis hermanos, Dios no nos ha dado espíritu de cobardía, sino de amor, de poder y de dominio propio para enfrentar el miedo. Por lo tanto, frente aquello que nos puede llenar de temor, y sobre todo cuando no sabemos nada del futuro, nos aferramos a la promesa que nos dice: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia (Is. 41:10)”.

Si tienes dudas y temor frente alguna respuesta divina, escucha lo que te dijo el sabio: “Mas el que me oyere, habitará confiadamente Y vivirá tranquilo, sin temor del mal”(Pr. 1:23). Si piensas que la tarea que tienes por delante es muy grande, escucha esta palabra de aliento: “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas”(Jos. 1:9).

Si temes por cualquier cosa debes recordar que: “En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor” (1 Jn. 4:18). Y si ves que muchos son los enemigos que se levantan contra ti, entonces aprópiate de las palabras de Moisés: “Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo de ellos, porque Jehová tu Dios es el que va contigo; no te dejará, ni te desamparará”(Dt. 31:6). ¡Quién dijo miedo! Entremos y conquistemos el 2021.

Salir de la versión móvil