El devocional de hoy

Evangelismo con amor

Lectura: II Corintios 4:1-7

(Colosenses 4:5) Andad sabiamente para con los de afuera, aprovechando bien el tiempo.


El conserje de la iglesia donde estoy ministrando aquí en Londres me contó una historia graciosa. El edificio de la iglesia es muy grande, así es que la congregación principal alquila sus recintos a congregaciones más pequeñas para que celebran sus eventos especiales o sus reuniones semanales. 

En una ocasión estaba una congregación particularmente emotiva. De tal grado era la conmoción que llevaba que un policía llegó diciendo que algunos vecinos se quejaban del ruido. El conserje llevó el oficial al santuario donde justo en este momento el evangelista estaba dando voces echando fuera un demonio de una mujer que gritaba a todo pulmón mientras la congregación clamaba a viva voz una y otra cosa.

El oficial se quedó helado con los ojos desorbitados del susto. En esto el evangelista, choreando de sudor, le miró con el ceño fruncido. Le apuntó el dedo y le gritó, "¡Tienes tres días para arrepentir o tus día están contados!" El oficial salió de allí pálido y dijo al conserje, "Me dio solamente tres día. Soy católico y ni siquiera sé como orar".

Bueno, yo no sé qué pasó a este oficial después de este incidente, pero siento lástima por él. Puede ser que se entregó a Cristo como resultado del suceso, Dios puede hacer cualquier cosa. Pero también es muy posible que solamente salió confundido. Lo que a mi me preocupa es el concepto que este hombre llevó a su casa de Cristo y el evangelio que tiene el propósito de conducirle a Dios.

II Corintios 5:20 dice que un creyente es un embajador para Cristo y como embajadores tenemos una gran responsabilidad de representar bien a nuestro amado Señor y dar una presentación honesta del evangelio. También es imprescindible que no confundamos nuestras frustraciones humanas con el criterio de Dios en nuestras representación del evangelio. Algunos creyentes dicen que un corte de pelo o una clase de música (para nombrar algo) no son de Dios. Pero la realidad es que a ellos no les gustan estas cosas. Estos predican su criterio personal y dicen, "Así ha dicho Jehová", para dar autoridad a sus gustos personales. Pero debemos saber que la ira del hombre no obra la justicia de Dios (Santiago 1:20).

Por esto es imprescendible que oremos siempre por nuestros familiares, amigos y los que nos rodean para que la verdad del evengelio sea comunicado a ellos con el perfecto amor de Dios. Cuanto mejor si nosotros mismos pudieramos ser los vasos de este amor en vez de vasos de ira. 

EL AMOR CRISTIANO CONECTA EL AMOR DE DIOS Y EL AMOR AL PROJIMO PARA COMUNICAR EL EVANGELIO.
 
(Filipenses 1:15-16) Algunos, a la verdad, predican a Cristo aun por envidia y rivalidad, pero también otros lo hacen de buena voluntad; éstos lo hacen por amor, sabiendo que he sido designado para la defensa del evangelio;

Hno. Prince Parker

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