En su carta, enviada a todas las comunidades judías de Israel, el gran rabino askenazi Yona Metzger y el gran rabino sefardí Shlomo Amar denuncian “esa verdadera epidemia, que cuesta la vida cada año a decenas de miles de judíos”.
Unas 50.000 interrupciones voluntarias de embarazos se realizan cada año en Israel, de las cuales 20.000 en condiciones ilegales, recuerdan los dos jerarcas religiosos.