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En la tribulación

 

 

Como se aferra el náufrago al madero,

destruída su barca, en gran apuro
Sintiendo de la oleada el golpe duro,
así mi Cristo,asirme a ti yo quiero.

 

Cada promesa tuya es un lucero
para orientarme sobre el mar oscuro,
de este mundo de pruebas, y al seguro
puerto de fe dar luz en el sendero.

 

Buen faro son tus justos mandamientos;
pasarán cielo y tierra,cual los vientos,
mas tu palabra,¡oh,fiel!,no ha de pasar.

 

Todo es posible para ti, DIOS mío;
Tú eres bueno y veraz, y yo confío
En que al que te ama no le has de faltar.

[pill-poemas]

 

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