La organización internacional Juventud con una Misión (JUCUM), ampliamente conocida en el mundo evangélico por sus escuelas misioneras y labor global, enfrenta serias acusaciones por parte de varios exmisioneros. Las denuncias se centran en el centro de entrenamiento de JUCUM ubicado en Tyler, Texas (EE. UU.), y fueron publicadas por la sección The Observer del diario The Guardian y ampliadas por The Roys Report. En estos medios, exintegrantes relatan experiencias de abuso espiritual, control psicológico y humillaciones públicas.
Los exmisioneros señalan que muchas de estas prácticas ocurrieron en el contexto de las Escuelas de Entrenamiento y Discipulado (ETED), una de las formaciones centrales de JUCUM. Acusan a líderes de manipular emocionalmente a los jóvenes bajo la apariencia de «corrección espiritual», obligándolos incluso a confesar públicamente pecados personales o a enfrentar castigos severos por decisiones personales.
Control, vergüenza y heridas emocionales: testimonios desde Texas
Los testimonios recogidos en Texas describen un ambiente donde el liderazgo ejercía un control estricto sobre los aspectos personales de los misioneros, incluyendo decisiones sentimentales y vocacionales. Se reportan incidentes donde jóvenes fueron reprendidos públicamente frente a sus compañeros y se les exigió «rendición espiritual» sin acompañamiento pastoral adecuado.
“Sentí que estaba perdiendo mi identidad en nombre de la obediencia a Dios, pero en realidad era obediencia a los hombres”, dijo una de las exmisioneras. Otros exalumnos de JUCUM Tyler mencionaron haber experimentado síntomas de ansiedad, depresión y confusión espiritual tras abandonar la base.
JUCUM responde a las acusaciones de abuso espiritual
Frente a estas graves denuncias, JUCUM emitió una declaración donde representantes de la organización expresaron que las acusaciones no reflejan los principios de la misión. Admitieron que en una red global tan extensa como la de JUCUM, pueden existir errores locales que deben ser tratados con seriedad.
“Nos duele profundamente que alguien haya sido herido dentro de nuestras comunidades. No somos una organización perfecta, pero estamos comprometidos con la restauración y la verdad”, indicó uno de los portavoces. La organización aseguró estar revisando sus estructuras internas y procesos de liderazgo, especialmente en sus bases de Estados Unidos.
La importancia del liderazgo cristiano sano frente al abuso espiritual
Este caso ha reactivado una conversación clave en el mundo cristiano: ¿cómo identificar y prevenir el abuso espiritual dentro de las comunidades de fe? Organizaciones como JUCUM, que forman e inspiran a miles de jóvenes alrededor del mundo, tienen la responsabilidad de ofrecer entornos sanos, seguros y centrados en el carácter de Cristo.
El abuso espiritual puede manifestarse como control disfrazado de discipulado, manipulación emocional presentada como dirección divina o presión indebida usando argumentos espirituales. Voces pastorales han enfatizado la necesidad de capacitación ética, liderazgo con rendición de cuentas y espacios seguros para la denuncia.
Un llamado a la sanidad y la reconciliación dentro del cuerpo de Cristo
Tanto los denunciantes como la organización coinciden en un punto: el dolor causado debe ser reconocido, y la sanidad debe buscarse con intención y humildad. Hablar públicamente ha sido para muchos un paso difícil pero necesario para encontrar libertad. Para otros, la esperanza es ver un cambio real en estructuras ministeriales que han impactado a generaciones.
Este llamado no es exclusivo para JUCUM. Es un recordatorio urgente para todo el cuerpo de Cristo: liderar con compasión, corregir con amor, y cuidar con integridad. La reputación no debe estar por encima de la restauración, y la verdad no puede quedar oculta bajo el temor institucional.
La noticia en oración
Nuestra misión no es sólo informar de lo que acontece. Intercedemos y pedimos a nuestros lectores a unirse a orar por las noticias que publicamos. Te invitamos a orar por el pueblo de Dios en relación a las misiones.
Señor, en medio del dolor y la confusión, te pedimos luz y dirección. Sana a quienes han sido heridos, restaura lo que fue quebrado, y trae tu verdad a cada rincón. Danos sabiduría para formar discípulos como Tú lo hiciste: con amor, humildad y verdad. Que tu iglesia crezca en integridad, y que cada liderazgo refleje tu corazón. Amén.
