“Hoy es un día para la historia”, dijo el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, en un último llamamiento al sínodo, que fue poco a poco inclinándose hacia “sí” gracias a las concesiones ofrecidas a los grupos tradicionalistas laicos (que tendrán derecho a pedir una alternativa masculina cuando una mujer sea puesta al frente de una diócesis).
Welby anticipó que la primera mujer-obispo podría ser ordenada en el mes de noviembre y vaticinó incluso que, cuando llegue el día, podría ceder el testigo a una “sucesora”, como primera arzobispa de Canterbury.
El apoyo entre los propios obispos masculinos ha sido abrumador en la votación del sínodo: 37 a favor, dos en contra y una sola abstención. Entre los clérigos han existido más discrepancias: 162 a favor, 25 en contra y cuatro abstenciones. En el sector laico, el más resistente, la votación ha sido de 152 a favor, 45 en contra y 13 abstenciones.
El primer ministro David Cameron y todas las fuerzas políticas británicas han dado la bienvenida a una medida que introduce la igualdad de género en las altas jerarquías eclesiásticas, veinte años después de la ordenación de las primeras mujeres sacerdotes de la Iglesia Anglicana. El 74% de los británicos respalda la idea de que una mujer pueda ser obispo.
Fuente: El Mundo