La votación estuvo precedida de un llamamiento del nuevo arzobispo de Canterbury, Justin Welby, quien invitaba a que los votantes “acaben la labor” iniciada en 1992. Welby además hizo un llamado a la unidad, pero se estrelló a última hora contra las resistencias del sector tradicionalista en su primer traspiés tras su reciente nominación como ‘Papa’ anglicano.
“La Iglesia Anglicana necesita mostrar su capacidad para administrar la diversidad sin division”, ha dicho Wenby. “Podemos aceptar la diversidad con un espíritu de amistad, y no de enemistad”. El arzobispo saliente de Carterbury, Rowan Williams, pidió una plegaria en el nombre de Jesucristo y rompió una lanza a favor de las mujeres obispo, que tendrán que esperar al menos hasta el próximo Sínodo para ponerse el bonete.
Al cabo de un largo centenar de discursos, la intervención del arzobispo de York, John Sentamu, provocó la mayor ovación entre los partidarios del ‘sí’, que vieron difuminarse sus esperanzas en el último momento.
Pese a los 324 votos a favor de las mujeres obispo, los 122 votos en contra frustraron la decisión histórica. Curiosamente, los obispos respaldaron mayoritariamente la decisión y fueron los representantes laicos quienes desequilibraron la balanza.
Los partidarios y detractores de las mujeres obispo celebaron dos vigilias separadas en la abadía de Westminster y compitieron también en las redes sociales con campañas a favor (Yes 2 Women Bishops) y en contra (Forward in Faith). El sector tradicionalista, próximo a la iglesia católica, hizo valer su peso dentro de la Iglesia Anglicana, aunque Justin Welby ha dejado claro que convertirá el tema en una de las prioridades de su mandato.
Fuente: El Mundo, España